En muchos lugares del mundo todavía la conducción de los clubes de golf está en cabeza de juntas directivas integradas por socios que prestan su tiempo sin contraprestación económica alguna.

Obviamente las cosas han cambiado rotundamente desde la época fundacional de los clubes de golf y hay casos en que la impronta de la gestión amateur está crujiendo y los resultados no son realmente buenos.

Hay clubes que deben cerrar algunos recorridos y buscar soluciones de real estate, otros que deben disminuir la calidad de su campo de golf por falta de recursos, en algunos otros los números rojos se hacen crónicos, la baja de socios es otro síntoma de que las cosas van mal, etc.-   

Es cierto que las causas de la debacle de algunos clubes y según los distintos países pueden ser muy variadas, pero no es menos cierto que hoy en día el profesionalismo a la hora de gobernar la estrategia y la gestión de un club de golf se impone por sobre una gestión amateur.

El dirigente amateur, en estas épocas de cambios tan vertiginosos y donde el ciclo del saber se ha acotado notoriamente, pierde competencias para abordar las nuevas problemáticas.

Tampoco tiene tiempo para capacitarse y re entrenarse en los nuevos conocimientos que la gestión de un club de golf necesita y además no puede ocuparse el tiempo que la conducción requiere.

Como bien señala Bernhard von Matius en su libro “Pensamiento Disruptivo” los directivos de las grandes corporaciones viven aterrados porque nuevos emprendimientos destruyen sus imperios empresariales construidos en años. Pueden revisar el caso Kodak. El gran rol de un dirigente siglo XXI es la mirada estratégica, pero tener cultura visionaria no es para cualquiera.

Es muy difícil ser exitoso en la gestión de un club dedicándose solamente algunas horas semanales. El modelo de gestión de la dirigencia amateur ha estado crujiendo y los resultados en algunos clubes han dejado mucho que desear.

Algunos dirigentes plantean que no tienen recursos para profesionalizar todas las áreas de gestión que requiere un club de golf, pero puede que si el manejo fuera más profesional los clubes tendrían mejores sus estados financieros para realizar ese tipo de contrataciones.

El tiempo y la inteligencia que uno le dedica a las cosas todavía es un factor importante a la hora de ser exitoso. Si usted es un dirigente amateur y no tiene el tiempo y las inteligencias del siglo XXI que son las que un club requiere es probable que tenga que pensar en cambiar el modelo de gestión.

¿Puede hoy día un dirigente amateur ser más exitoso que una gestión profesionalizada?